Análisis de la temporada. La afición.




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La mayoría de las veces que se habla de la afición el debate termina con conclusiones algo simplistas y generales como "entonces no se puede criticar", "tú qué te crees más sevillista que yo" u "oficialista". Si como siempre se ha dicho la afición es soberana, esa afición deberá de respetar y permitir que se pueda hablar de ella con total libertad sin que nadie pongan etiquetas que en muchos de los casos son equivocadas. Nadie tiene que coger el megáfono y hablar en nombre de todo el sevillismo, cada uno es sevillista a su manera y lo defiende de una forma. Nadie tiene que minusvalorar la opinión de aficionados que no concuerdan con ese dicho de "si la pelotita entrara todo estaría bien hecho", a veces los buenos resultados suavizan y colocan en un plano secundario ciertas cosas, pero hay muchos aficionados que no dependen de que se gane o se pierda para vertir la misma opinión sobre un hecho.

Esto lo digo en concreto por el tema del escudo. Para mí la idea de que no aparezca en la camiseta es equivocada aunque hubiéramos ganado la liga. Sólo le pediría a esa parte de la afición que no hable por mí, ya somos mayorcitos todos y sabemos cómo funciona el mundo del fútbol como para tener nuestras propias opiniones.

No ha sido un año fácil para la afición, comenzó con las abusivas medidas en la grada baja de Gol Norte, con el claro objetivo de menospreciar al grupo Biris y de paso, como si fueran daños colaterales, a todo aficionado que se sentara en esa parte del estadio. Las medidas se suavizaron en la previa del derby y se volvieron a instalar una vez pasado el mismo. La relación del club con los Biris continuó hasta que todo llegó a buen puerto y el ambiente volvió al Ramón Sánchez Pizjuán. En los partidos que no han estado los Biris el estadio era una cementerio, debe de ser que el resto de aficionados no podemos animar o necesitamos del resorte de los Biris para hacerlo, no habla muy bien esto del resto de la afición.

La afición también, como sabia y exigente que es, ha visto sobre el campo lo que parecía que no veían desde los despachos, que la plantilla estaba sobrevalorada, que había mucho ruido de nombres, pero pocas nueces sobre el césped. La crítica hecha con medida es constructiva, cuando esta deviene en descalificaciones, faltas de respeto o cachondeo, más que crítica es vergüenza ajena. Y eso mismo le ha pasado a una parte de la afición, las burlas a Fazio, Babá, Manu del Moral, Coke, Stevanovic... ¡y hasta Negredo! no deberían de tener cabida, tal vez ahora saltará alguno y dirá aquello de "entonces no se puede crititcar", sí se puede, pero recordando, primero: Que el jugador de fútbol es una persona, segundo: que se le puede criticar sin necesidad de insultarlo ni menospreciarlo y tercero, ¡los de colorado son los nuestros! Los que tienen esta actitud hacia ciertos jugadores tienen además el megáfono y anonimato de las redes sociales, la creencia de que como somos afición todo lo que salga por mi boca es sinónimo de llevar la razón porque soy el que pago, y así hemos ido, al igual que la entidad, degenerando en una afición cada vez más cabreada consigo misma, más encantada de haberse conocido y por tanto, menos pura, menos limpia, menos Sevilla F.C

Si quieres leer... Análisis de la plantilla. 
Si quieres leer... Análisis del club.

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