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Un gélido Sevilla pasa a octavos.  Reflexiones positivas Reflexiones negativas Reflexiones negativas  El hecho de estar hoy presentes en el sorteo de octavos de final es la mejor noticia que nos dejó el partido de ayer. Tan sólo Banega, hasta que se agotaron su ganas de llevar en volandas al equipo y un acertado David Soria, destacaron ayer. El peso que tiene el argentino en el equipo es excesivo, sin él se congelan las ideas.  Ciertos jugadores no aprovecharon ayer la oportunidad que les dio Emery para seguir acumulando minutos. Ni Reyes ni Konoplyanka fueron capaces de deshacerse de sus marcadores, el utrerano empezó con ganas pero se les fueron apagando a medida que aumentaba la temperatura, mientras que el ucraniano apenas se fue del lateral noruego. Iborra se vio sobrepasado en el medio centro, dado que Carriço no ocupa tanto espacio como Cristóforo o N'zonzi. Mientras que Llorente era un isla desierta rodeado de vikingos. Lo más preocupante es la falta de in

Está casi todo hecho...pero nada de relajaciones. Se dan unas condiciones muy parecidas a la pasada eliminatoria ante el Celta. Resultado amplio en la ida y climatología adversa. En Vigo estuvimos durante algunos minutos en tensión, hasta que llegó Banega y lo solucionó. Mañana en Molde nos espera un frío que cala hasta los huesos y un equipo sin nada que perder. Por ello es necesario que la temperatura no nos atore los músculos, que no nos seque las ideas. Debemos de mantener un nivel competitivo óptimo para que el partido pase sin más historia que la de clasificarnos para octavos de final. Aunque todo sería más fácil de llevar si nuestros resultados a domicilio fueran mucho mejores... no lo son en liga, pero nos da para que en los partidos por eliminatorias podamos disfrutar y no vivir con los nervios típicos con los que afrontamos cada salida liguera. Se quedan en casa Vitolo y Tremoulinas, por descanso. Parece que Emery tirará de algunas rotaciones, caso de Konplyanka, Llore

Dicen que el 13 es el número de la mala suerte, ya ves tú qué paradoja, con la suerte que hemos tenido nosotros que hemos pasado dos eliminatorias (una por 6-0 y otra por 6-2), y que hemos marcado la friolera de 22 goles a favor por tan sólo 2 en contra e imbatidos. La suerte de caer del lado rojo de las cosas. 13 finales que son 13 noches con 13 días y 13 semanas. 13 vientos del sur que revolotean cada vez que el Sevilla juega una final, una locura de títulos, una amalgama de retos, un sinfín sin freno. Una década presidiendo y oteando desde la sierra más alta de Andalucía cómo de minúsculos se ven los que persisten en el empeño inútil de seguirnos. 13 viajes con otras cuantas ciudades que creíamos que sólo veríamos en postales, en portadas de periódicos en los que nosotros nunca éramos protagonistas. Eindhoven fue ese punto y seguido que marcó aquella pregunta que todos nos hacíamos por aquellos tiempos... ¿y si no se vuelve a repetir? Pero fuimos despejando interrogantes mie

Hay partidos que no caben en unas cuantas reflexiones. Partidos y momentos. Y el que vivimos ayer en el Ramón Sánchez Pizjuán es uno de ellos ¿En qué día se le inculcó a este EQUIPO, el gen competitivo? Y lo digo con mayúscula porque no es cuestión sólo de unos jugadores como los que actualmente tenemos en la plantilla, es que ese molde se hizo hace muchos años, antes incluso de empezar a ganar títulos. El hambre, el instinto depredador de las grandes noches y las grandes oportunidades que no se pueden desperdiciar. Han pasado muchos jugadores y entrenadores y ese chip que nos metieron en el cerebro de competir hasta el extremo lo llevamos fraguando cada vez que se nos presenta la ocasión. Y ayer se presentó. Y esta vez no creo que nadie ose a escurrirse en la sempiterna suerte para aliviar sus desgracias, porque ayer estaba enfrente un gran equipo, que incluso tuvo sus opciones claras (muy clara algunas de ellas) y que nos puso las cosas muy difíciles... pero cuando Emery dice